sábado, 27 de septiembre de 2014

Minorías y democracia

Se debaten mucho sobre el nacionalismo y el derecho a decidir de las minorías. Este debate se da alrededor de todo el planeta por las mas diversas razones, en España tenemos el caso catalán y el vasco. Pero en las democracias, hay ciertos aspectos de carácter lógico-matemático, que sin entrar en el fondo de la cuestión, son previos. Estos aspectos, de los que apenas se oye nada, son fundamentales y creo que si no se es consciente de su existencia no se puede llegar a decidir de forma realmente democrática.

 Un primer aspecto a tener en cuenta es el derecho a decidir de una minoría. Si una minoría dentro de España, como es Cataluña, tiene derecho a elegir para obtener un fin, como es la independencia, ¿Que ocurriría con una minoría dentro de Cataluña, como puede ser un pueblo o una gran ciudad como Barcelona, si quisiera pertenecer a España?. Y si esta siguiese siendo España, ¿Que ocurriría con un barrio que quisiera la independencia? Y si este barrio perteneciera a una Cataluña independiente ¿Que ocurriría con una comunidad de vecinos que …

 Y esto serían minorías geográficas ¿Y qué pasa con las otras minorías? Budistas, ricos, ginecólogos, españolistas ¿No tendrían también ese derecho? Además hay que tener en cuenta cómo se define esta minoría, que puede no estar tan claro, en nuestro caso sería qué significa ser Catalán. Tal vez pueda considerarse simplemente vivir allí, pero ¿durante cuánto tiempo? ¿Hay que tener antecesores y cuántos?. Pero surge el problema de donde están las fronteras ¿Qué pasa si un pueblo de Valencia quiere ser de Cataluña? ¿O una isla balear? ¿Y si fuera de Murcia? Si, ya sé que en Murcia el idioma Catalán no es muy predominante, pero ¿No tienen derecho a decidir cómo se sienten?. Tal vez el hablar el idioma catalán podría ser un criterio para ser catalán, ¿Hablarlo o dominarlo? ¿hay que tener acento? ¿o tal vez con entenderlo es suficiente? Seguro que hay conocerlo por lo menos para defenderse, pero ¿Hasta que nivel? Hay muchos matices que habría que considerar, y habría que decidir quién está capacitado y quien no, para lo cual antes hay decidir quién y cómo lo decide. De cualquier forma esto excluye a todos los que viven allí y no estuviesen capacitados lingüísticamente e incluye a todos los que no viven allí y sí están capacitados. ¿Y qué pasa con los inmigrantes de España? Es decir, personas que resultan no ser españolas pero se sienten catalanas como magrebíes, subsaharianos, latinoamericanos, asiáticos, europeos, etc. que llevan mucho tiempo viviendo allí y hablan perfectamente catalán. Porque el criterio no puede ser algo tan abstracto como la cultura catalana, porque la cultura catalana se define como aquella que tienen los catalanes y no al revés.

 Siguiendo con las minorías, suponiendo que sabemos quienes son catalanes y que pueden votar y decidir sobre la independencia, ¿Qué porcentaje de catalanes hace falta para obtenerla? Hay que tener en cuenta que un 60% favorable, si sólo vota el 80%, es menos del 50% de los catalanes. También hay que tener en cuenta que los catalanes tienen derecho a cambiar de opinión y que los menores de 18 años en pocos años serán mayores de edad y pueden opinar y no tiene porque ser lo mismo que pensaron sus padres, y en poco tiempo puede formarse una minoría suficiente o geográficamente localizada que pueda querer volver a formar de nuevo España, o de Francia, o ser independientes de Cataluña y España y ser un paraíso fiscal, o lo que se les antoje.

 Otro tema es el de las medias, proporcionalidad y solidaridad, que considero se usan a la ligera. Por la propia definición de media, siempre hay valores superiores y valores inferiores a la misma. Por lo que siempre hay quien paga más y quien paga menos, quien recibe más y quien recibe menos, tanto individualmente como colectivamente. Si se recibiese de forma proporcional a lo que se aporta se recibiría exactamente lo que se aporta. Si se recibe de forma no proporcional se esperaría que reciban menos de lo que aportan los que mas tienen y por tanto mas aportan, ya que al revés, que reciban mas de lo que aportan los que más tienen no puede considerarse solidaridad sino injusticia.

Para terminar, hay que tener en cuenta que España es, hoy por hoy, lo que es por definición, aunque haya razones histórico-culturales y geográficas que nos han llevado hasta esta definición. Por lo tanto es imposible el hecho de que Cataluña se puede separar de España, ya que España sin Cataluña no es España, aunque les pese a algunos catalanes y algunos no-catalanes. Y la explicación es sencilla, si se independizasen de España todas las comunidades salvo Cataluña lo único que quedaría de España sería Cataluña, España y Cataluña serían exactamente lo mismo y entonces no se podrían separar. Por lo tanto sólo se puede hablar de ruptura de España (y tal vez una parte quiera adoptar el nombre de España, pero no será la España de hoy).

 La democracia tiene sus problemas, y hay que ser consciente de ello, y este es un problema lógico inherente a la democracia descrito en la paradoja de Arrow. Así, en nuestro sistema actual, también los hay: El menor peso de las minorías dispersas que las minorías concentradas geográficamente (que se podría solucionar añadiendo una circunscripción única), el excesivo peso de las minorías parlamentarías, que las medidas irreversibles sean tan fáciles/difíciles de adoptar como las reversibles, listas cerradas/abiertas, el cumplimiento del programa electoral, la democracia interna dentro de los partidos, los lobbies, etc. Pero hay que tener en cuenta que solucionar un aspecto, aunque sea de forma democrática, puede afectar a otro y hacer el sistema incluso menos democrático, por lo que hay que ser muy cuidadoso para no vernos en la antesala de una dictadura. Ya no digamos hacerlo de forma no democrática, porque si es justificable romper una norma por un fin, cuando es posible alcanzar ese fin siguiendola, ¿qué impide romper otra?
Porque la democracia es, además de la participación ciudadana, una serie de normas que han de seguir los gobernantes, para evitar el abuso de poder.

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