lunes, 29 de diciembre de 2014

Tiempo, ladrón de guante blanco (II)

Sigamos viendo como, con tiempo, podemos ser de alguna forma robados.
Una forma sutil, son los plazos. Pongamos por ejemplo la I.T.V. (inspección técnica de vehículos, revisión obligatoria de los vehículos en España). Esta inspección debe pasarse cada cierto tiempo, que por simplicidad vamos a suponer un año (en realidad depende del tipo de vehículo y su edad), y obviamente,  cuesta dinero. Si se supera este periodo de tiempo hay que enfrentarse a una multa automática aunque el coche esté aparcado en un garaje.
Así son las cosas, y no me parece mal. Pero veamos donde está el problema. Si la multa es automática, con pasarse un día podríamos recibir en casa una multa (no sé si hay algunos días de cortesía, y no voy a comprobarlo) por lo que se realizará antes de vencer el año, momento en el que empieza a contabilizarse el siguiente periodo. Se podrá hacer un día antes, una semana o un mes, dependerá de si se va a estar en dicha fecha para hacer la inspección (Se puede estar de viaje) o si se quiere estar seguro de tener tiempo de reacción para el caso de no pasarla. El caso es que, a efectos prácticos, me están obligando a pasarla no cada año, sino digamos cada 11 meses y medio (lo cual a efectos prácticos es mejor porque los vehículos estarán en mejor estado, pero eso es otro asunto).
La solución sería bastante sencilla, simplemente al pasarla durante el último mes de vigencia se prorrogase un año a partir de la fecha de caducidad y no de la fecha de realización de la inspección.




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